Milei pretende gobernar como si fuera un león cazando ratas. En medio de una crisis ministerial, moral y de gestión, se abren incertidumbres sobre la viabilidad del proyecto libertario.
Panic Show, de La Renga, es una fantasía de poder total. Sin lugar a dudas es el tema más poderoso del rock nacional y quizás lo sea de todo el rock en español. La primera vez que escuchamos ese acorde distorsionado entrando con la voz de Chizzo tras el conteo del hi-hat, ese increíble “hola a todos” bestial y los duros golpes a la batería, nada vuelve a ser como antes. Es una impresión que nos acompañará durante el resto de nuestra vida. De pronto la música nos ha teletransportado borde de un ventoso acantilado entre girones de fuego que surgen desde lo profundo y amenazan con devorarnos, pero no retrocedemos ante las llamas… queremos más.
La imagen del “rey de un mundo perdido” que arremete desnudo contra un universo hostil y desconocido nos identifica porque representa la afirmación individual que todo espíritu anhela al oponérsele un contexto de enajenación radical. Así como la sociedad de consumo, el trabajo y el sistema capitalista son barreras que oprimen el desarrollo libre de nuestra personalidad, existe en cada uno, y el rock lo representa muy bien, un impulso de liberación total de esas ataduras, impulso que sublimamos cuando escuchamos rock pesado, heavy metal, trash, o miramos la escena final de Scarface. Aquel momento en que Tony Montana, hasta la manija, se enfrenta metralleta en mano a la policía, que tiene que asestarle varias veces antes de bajarlo, mientras él ríe y grita: “soy inmortal”.
Kurt Cobain: tres notas al pie sobre el último poeta maldito del rock and roll
El león no encaja en el mundo que lo rodea. La fuerza bruta de sus dientes choca contra una civilización que no entiende ni conoce. En el choque de culturas de uno contra todos, perecerá. El show de pánico producido por una bestia desatada en todo su esplendor terminará consumiendo su propia afirmación.
Actitud inviable
Como se trata de la sublimación de una fantasía, podemos escuchar una y otra vez el tema de La Renga o ver la peli protagonizada por Al Pacino mientras hacemos lo que podemos con nuestras vidas más o menos rutinarias.
No estoy seguro de que Javier Milei entienda dónde termina la power fantasy y dónde comienza la realidad. Pretende gobernar como si fuera un León cazando ratas. Piensa sinceramente que es un enviado de Dios, como Moisés, y que su destino es utilizar la presidencia argentina como laboratorio del anarcocapitalismo, vehículo para traer el reino de la libertad a la tierra de los mortales.
Juan Luis González: “Milei se cree un enviado de Dios, como Moisés”
Encuentra un mundo extraño que lo repele, lleno de límites sólidos. El sistema político, la organización de la clase trabajadora y la juventud, el movimiento de mujeres, los derechos y reivindicaciones democráticas. En momentos en que la realidad le pone límites, Milei atraviesa la mayor crisis desde que asumió.
Ayer, un acuerdo parlamentario entre Unión por la Patria, la UCR y Hacemos Coalición Federal juntó 160 votos contra apenas 72 del oficialismo para votar una reforma al cálculo previsional. Representa un aumento del 8% en las jubilaciónes e incorpora una cláusula gatillo, apenas un paliativo para aliviar el poder adquisitivo generado por la la inflación.
Esta derrota parlamentaria del Gobierno, sin embargo, tiene una importancia simbólica. Por un lado, es un ataque al corazón de la estrategia de déficit fiscal, ya que el Gobierno logró el superávit a costa de recortar jubilaciones y pisar la caja de los envíos discrecionales a las provincias. Por otra parte, es la cantidad de diputados que se necesitan para rechazar un veto presidencial o iniciar un juicio político.
Por otra parte, es una señal de alerta roja en momentos en que se está por debatir la Ley Bases en el Senado, y una primer consecuencia de la crisis ministerial que atraviesa el Gobierno, con epicentro en el Ministerio de Capital Humano por inoperancia y casos de corrupción.
Gestión inviable
Hay una anécdota que escuché por estos días. Alguien le pregunta a Santiago Caputo por los múltiples problemas de gestión en el Estado. El jefe de comunicación del Gobierno responde algo como: “Somos libertarios, ¿qué esperabas?, no venimos a mejorar el Estado, venimos a quebrarlo”.
Al margen de su comunicación agresiva y grandilocuente, los libertarios han demostrado una gran incapacidad para la gestión del Estado capitalista desde el día uno de asumir. Alfredo Zaiat lo enumera en una de sus últimas notas en Página/12:
-No hicieron nada cuando un tornado asoló Bahía Blanca más que viajar al lugar y decir “arréglense con sus propios recursos”
-Mantuvieron una actitud indiferente ante las inundaciones en Concordia, Entre Ríos.
-Parálisis total frente a la epidemia de dengue.
-Apatía por el temporal que afectó a 68 distritos bonaerenses en marzo pasado.
-Tomaron la decisión de no entregar medicamentos oncológicos, que causaron mucho daño a personas con enfermedades graves.
-Se desentendieron por el choque de trenes en Palermo del ramal San Martín.
-Desfinanciamiento de las universidades públicas, punto en el que tuvo que retroceder tras la masiva marcha federal universitaria.
-La falta de gas que afectó las estaciones de GNC e incluso hizo que industrias tengan que interrumpir su producción
-Pereza en atender el conflicto salarial en misiones
-La no entrega de alimentos a comedores y organizaciones sociales.
Moral inviable
Cuando terminamos de enumerar los desastre de no-gestión del desgobierno mileista, un escándalo todavía más grave estalló en el Ministerio de Capital Humano.
Sandra Pettovello y Leila Gianni denunciaron a Pablo de la Torre, virtual número dos del Ministerio, por corrupción. Ocurrió tras una investigación en el programa de Jorge Rial que reveló contrataciones truchas y sobresueldos ocultas tras un programa internacional
Se trata de la facturación a un grupo de rugbiers del colegio La Salle como si fueran parte de un programa de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). Se habría filtrado una planilla de excel del director general de Administración de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), Federico Fernández, donde figuraban 18 personas con facturaciones de entre 600.000 y 1.400.000 pesos, pero que no tenían funciones. En criollo: Ñoquis. Ese dinero se utilizaba para pagos en negro, sobresueldos, o para cambiarlos por dólares y acumularlos en una caja política del Ministerio.
Mark Fisher, Javier Milei y el neoliberalismo como restauración
Leila Gianni, ex funcionaria kirchnerista ligada a Juan Cabandié hoy devenida en mileísta acérrima, subió al sistema GDE un documento en el que Federico Fernández acusa a De la Torre de las facturaciones truchas, pero (pequeño detalle) el documento no tenía la firma de Fernández. La funcionaria terminó reconociendo ante la Justicia que llevaron a Federico Fernández “en un auto con cuatro personas a la Secretaría de Trabajo para que denuncie el escándalo del pago de los sobresueldos”. Gianni dijo que Fernández se negó a firmarlo por miedo a que “le pasará algo”. Muy parecido a una escena de El Padrino.
Se dijo que Fernández fue amenazado con armas de fuego para que declare contra De la Torre, pero él se negó. Resulta verosímil esta versión luego de que trascendiera un video en el que una guardaespaldas de Gianni portando armas de fuego en Comodoro Py.
El video fue grabado cuando la guardaespaldas separaba a Grabois de Gianni en medio de una acalorada discusión en el marco de una audiencia de apelación que el Ministerio pidió para no entregar los alimentos acaparados. Finalmente, la Cámara Federal ratificó el fallo previo. En un plazo de 24 horas deberá ponerse en marcha la entrega de los alimentos acaparados insensible mente por el Gobierno. Fin.
Ganamos la apelación. Sorpresas te da la vida. Contala como quieras Pettovello, pero tenés 24hs: repartí la comida. Nosotros, sin miedo, hasta que no falte pan en ninguna mesa.
PD: bienvenida la sanción. No hay batalla sin heridas. pic.twitter.com/zcoKrcDhYD
— Juan Grabois (@JuanGrabois) June 5, 2024
Si sacarle la comida a los pobres no era lo suficientemente indignante, la corrupción cloacal y métodos mafiosos completan un cuadro escalofriante. Todos están implicados.
A estas horas, La Libertad Avanza busca acordar con de la Torre para suturar el escándalo y que no salpique a más sectores del Gobierno. La corrupción revelada en el Ministerio de Capital Humano en el marco de la crisis ministerial podría ser sólo la punta de un iceberg. ¿Qué pasa si este manejo completamente inmoral y corrupto del Estado a imagen de los peores métodos de la “casta política” que Milei dijo venir a combatir es algo generalizado en su gestión?
Es verdad que el “votante de a pie” puede no estar del todo enterado de lo que pasó. Sin embargo, la crisis interna es tan grave que inevitablemente va a irradiar en la sociedad civil tarde o temprano. Podría generar desmoralización en el núcleo duro libertario, dejándolos a la defensiva en las discusiones, enardeciendo a la vez a los más firmes opositores a Milei, que en encuestas y sondeos identifican al Presidente con palabras duras como “asco”, “bronca”, “tristeza” y “rechazo”.
Gobierno Inviable
Por más que Caputo diga que empezamos a salir de la crisis, las noticias económicas de esta semana distan de ser favorables. Los bonos argentinos sufrieron una caída en Wall Street del 7%, el riesgo país trepó un 6% y el dólar superó los $1250. La inflación ya se comió la devaluación de diciembre y hay una presión muy fuerte para que vuelvan a devaluar el dólar oficial, generada principalmente por los productores agrarios. No se ha confirmado la renovación del swap de China, lo cual también abre incertidumbres financieras.
La escalada de precios se está reactivando empujada por los tarifazos a los servicios públicos y la suba del dólar, mientras que los salarios pierden poder y la pobreza se acerca peligrosamente al 60%. Al mismo tiempo, la recesión está provocando pérdidas millonarias en la industria y generando miles de despidos en la construcción y otros sectores.
Es sorpresivo para muchos analistas que el brutal ajuste de Milei, sumado a su insensibilidad e inoperancia apenas hayan afectado la imagen positiva del Gobierno. Algo de eso podría estar empezando a cambiar.
“No seamos la generación que dejó morir a la universidad pública”
Cada ataque del Gobierno ha tenido una respuesta. Atacó a los periodistas y los periodistas fueron la vanguardia de quebrar el relato exponiendo el acaparamiento de alimentos y el entramado de corrupción. Atacó a las universidades y provocó la movilización más masiva de la historia del movimiento educativo argentino. Atacó los derechos laborales y generó que la CGT convoque a dos contundentes paros generales y una enorme movilización. Atacó a los movimientos sociales y provocó una implosión ministerial con foco en el núcleo del poder.
Si el león sigue provocando de la manera que lo hace, probablemente no estemos lejos del fin de su panic show.