Hay un concepto electoral que se conoce como ‘intención del votante’ o ‘intención de voto’. Este concepto manejado por fiscales y autoridades de mesa contiene un conjunto de reglas regidos por la máxima de intentar descifrar cuál fue la voluntad del elector a la hora de abrir cada sobre para contabilizarlo adecuadamente. Para los bichos políticos acostumbrados a la boleta completa puede sonar raro que este concepto siquiera exista, pero todx quien haya estado en una apertura de urna sabe de lo que le hablo.
Este animal místico solamente se deja ver una vez cada dos años, y todos los aparatos políticos se preparan para la fecha de su aparición, tratando de seducirlos. Pero son complicados, animales altamente volátiles, sensibles e impredecibles. Y como cada día de la marmota (la tradición yankee, no la película) su aparición deja secuelas en la sociedad.
Massa que más aplauda
Tuvimos la conclusión más esperada. La primer sorpresa que nos dio este animal fue que Massa remontara siete puntos de las PASO, en un contexto de inflación anual del ciento yanosecuanto porciento y un mano a mano constante entre el dólar y el pájaro nacional. ¿Fue la campaña de miedo contra Milei? ¿Fue la pinta de ser el único candidato con capacidad de ejercer la presidencia? ¿Un espíritu peronista primigenio argentino? ¿El famoso “plan platita”? Este animal aparte de ser misterioso es mudo, solamente nos habla a través de señales que hay que interpretar. Por eso la propagación de tantos oráculos que se hacen llamar ‘consultores’.
Lo concreto es que el oficialismo llego con el mejor escenario que podían esperar: entrar al ballotage como primera fuerza (¡y a cuatro puntos de ganar en primera vuelta!). En el quilombo, el factor decisivo fue que Massa dijo “la pelota siempre al diez” y corrió a todos de la campaña nacional oficialista. Los resultados territoriales son desparejos, pero el último acto de la noche lo abrió él solo, con un logo de “Massa” de estética muy noventosa.
Por eso tus viejos no te quieren
El gran pecheador de la noche fue Javier Milei, que prácticamente en dos meses no sumó nuevas voluntades. Es cierto que cobró por todos los frentes. Sus referentes políticos comieron dedos hasta de los entrevistadores más rancios. Recomiendo la nota de Baby Etchecopar a Lilia Limones. Es hermoso verlo jugar al Baby cuando es de tu equipo. Repartieron boletas en su nombre con ‘elementos extraños’ que invalidarían el voto. Cantantes de pop twitteando sobre política por primera vez en sus vidas. Influencers gritando el domingo a la mañana en el after que no voten a Milei.
Cualquiera hubiera creído que ser la principal opción que canaliza la bronca contra el gobierno alcanzaba para entrar al ballotage en punta. ¿Encontró su techo muy rápido, en las PASO, y no se dieron cuenta? ¿Sirvió algo de todo lo anterior para disuadir a posibles nuevos votantes que era todo una locura? Lo único que sabemos es que se vienen muchas encuestas este mes.
Las primeras consecuencias ya se sienten, con el fuego amigo al interior de LLA a ver quién tiene más culpa. Siempre supimos que muy amigos del feminismo no eran, pero que todo el grupo de impresentables piantavotos se la agarre con la única chabona que los piantó es comiquísimo. Ojala Lilia se harte y empiece a ventilar. Milei y Villaruel, en sus primeras apariciones publicas, ya salieron a buscar los votos de JxC y cambiaron la casta por la kasta. Hay que ver si este giro táctico macrista les funciona, buena parte del voto libertario es gente que la pasó mal con Alberto Y con Macri.
Para mi hace meses que Milei gana la presidencia en ballotage. Si llega a perder, con lo regalada que esta, va a ser la peor pecheada desde que Brasil se comió siete con Alemania en el mundial que organizaba.
La piedra de Tandil
Indiscutiblemente perdedores ayer fue Juntos por el Cambio. Muchos periodistas macristas alertaban que de no entrar al ballotage corría riesgos de continuar existiendo el principal frente opositor. El corrimiento de Milei al perfil antikirchnerista que curtió Bullrich las últimas semanas. El posible apoyo del PRO a Milei y el también posible limite que los radicales, Carrio y Pichetto encuentran en el peluca. ¿Va a poder Massa dirigir la Última Gran Alianza?
Nunca creí que iba a morir peleando al lado de un radical
Schiaretti sumo como seis puntos desde las PASO y festejo a puro fernet y cuartetazo. Se los va a vender caros a Sergio Massa y se va asegurando un par de cargos a su nombre. No es lo último que vamos a ver del peronismo cordobes.
El FIT mantuvo resultados magros y esperables de una elección ejecutiva. Quinta fuerza, así y todo logró una conquista histórica de cinco diputados al mismo tiempo. Pero ya es como la cuarta vez que salen balances celebrando la “consolidación del voto de izquierda” a pesar de las adversidades del momento. No se contrapone conseguir herramientas parlamentarias de la clase con un balance donde ponderemos la pregunta “¿por qué en un escenario donde las tres principales opciones electorales son de derecha no fuimos una alternativa de representación?”. Pero sería irresponsable decir que esto es culpa de tal o cual persona o partido. Todo el clasismo tiene que ponderar esto, mientras discutimos que hacer en el ballotage.
¿Tanto hay que discutirlo? El riesgo de que llegue a encabezar el poder ejecutivo nacional alguien que abiertamente reivindica el accionar represor de la última dictadura debería alcanzar. Se supone que “amenaza directa a los derechos democráticos” está adentro del catálogo ‘motivos para actuar en conjunto con el peronismo’. Está claro que una buena parte del país le da la espalda a la campaña de Milei, que básicamente es: “por favor, déjame privatizar los servicios estatales y liberar el comercio exterior, te juro que esta vez va a ser diferente”. (No como las últimas seis veces que se quisieron privatizar servicios estatales y liberalizar el comercio exterior.) Pero eso no nos evita la pelea política.
Hoy arrancamos el último tramo de la campaña electoral. Y gane quien gane es con el FMI adentro.
