Mientras el Gobierno paraliza la obra pública, desfinancia a las universidades y deja de enviar comida a los merenderos, compra aviones militares de guerra F-16.
El ministro de Defensa, Luis Petri, firmó en Dinamarca un acuerdo con su par danés, Troels Lund Poulsen, por la compra de veinticuatro aviones caza F-16. Se estima que cada uno cuesta cerca de 20 millones de dólares y que su hora de vuelo sale 20 mil dólares más.
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Mientras Petri habla de “24 aviones F-16 que han sido modernizados y equipados con la mejor tecnología, y que hoy se encuentran al nivel de las mejores aeronaves que vuelan en los cielos de la región sudamericana y del mundo”, el gobierno danés aclara que “nuestros aviones F-16 están siendo gradualmente eliminados en favor de los nuevos aviones de combate F-35. Dinamarca donó 19 aviones F-16 a Ucrania y el gobierno ha decidido vender 24 aviones de combate daneses F-16 a la Argentina”. Entonces, ¿qué compraron? ¿Tecnología de primera o la obsolescencia y el descarte de una potencia mundial?
“Nada improvisado”
Allá por el mes de febrero, el experto en armamento y defensa, editor del medio especializado Zona Militar, Juan José Roldán, había explicado a Sputnik que “no solo es comprar el avión y listo. Se necesita el entrenamiento de los pilotos, las tripulaciones, los mecánicos y la infraestructura. Una cosa es que se reciban los aviones y empiecen a volar en Dinamarca, pero el arribo podría ser en los próximos años. No es ir al supermercado y lo recibís automáticamente”.
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Por su parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Argentina, Xavier Isaac, ya lo había anticipado en una entrevista al canal Neura. Según información divulgada por La Retaguardia: “El pago sería con un año de gracia posterior a la entrega de los aviones, en tres cuotas anuales de 277 millones de dólares”.
Pero este no es el único gasto implicado en la adquisición de los aviones militares. Mientras toda la obra pública se encuentra paralizada porque “no hay plata”, está previsto adaptar la IV Brigada Aérea de Tandil para que funcione correctamente la base de operaciones de los F-16, con pistas nuevas, bancos de prueba, hangares y suministro de combustible. Se trata de la inversión en armamento más grande de la historia de Argentina, un país que actualmente no se encuentra involucrado en ningún conflicto bélico, ¿o próximamente sí?
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La compra de estos aviones militares se encuentra en agenda desde la gestión de Alberto Fernández, donde Estados Unidos había autorizado su venta junto con un paquete de misiles aire-aire en julio pasado. Los F-16 poseen tecnología supersónica que fue utilizada por primera vez en la guerra de Vietnam y, según la empresa fabricante General Dynamics, seguirá produciéndose hasta 2025.
Pérdida de soberanía
Estos aviones son conocidos en la disputa entre Rusia y Ucrania. A partir de la famosa contraofensiva iniciada por el gobierno de Volodimir Zelenski en diciembre del año pasado, pusieron toda su esperanza en los F-16 para ganar la guerra. En aquel entonces, la viceprimera ministra de Ucrania, Olga Stefanishina, había declarado a Euronews Rumania que “no es una cuestión de si necesitamos aviones de combate o no, es una cuestión de si aceptamos que la gente muera en el terreno, y luego es una retórica absolutamente devastadora escuchar que Ucrania no logró llevar a cabo todas las operaciones terrestres. Sí, podríamos, pero pagando el precio de la vida de miles de personas. Así que preferimos esperar a los (cazas) F-16 y tener éxito”.
Mientras el gobierno nacional extendió el presupuesto 2023 un año más, dejó de enviar alimentos a los comedores barriales, garantiza que el dinero para la compra de aviones militares que no son necesarios para el contexto bélico del país estará disponible. ¿Los únicos beneficiados? Los capitales extranjeros. Uno de los primeros pasos para terminar completamente supeditados al mandato de las potencias de la OTAN.
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No hay que olvidar que el propio DNU 70/2023 posee un capítulo entero destinado a la defensa, en el que incluye el artículo 346, incluso, plantea el ingreso de fuerzas extranjeras: “Facúltase al Poder Ejecutivo a autorizar el ingreso al país de contingentes de personal y medios de las Fuerzas Armadas, pertenecientes a otros países para actividades de ejercitación, instrucción o protocolares de carácter combinado”. Es un ataque directo a la soberanía nacional de la mano de un refuerzo del ajuste a la clase trabajadora.
