En entrevista con Resistencia Online, Matías narró la historia de Gustavo, un militante de la Juventud Universitaria Peronista que empezó a activar contra el Gobierno militar de Lanusse y fue cautivado por los grandes acontecimientos de la época. “Mi tío era uno de esos pibes que entendía la política como herramienta para transformar el mundo”.
Matías también es militante. A diferencia de Gustavo es trotskista, pero asegura que ambos quieren “un mundo sin explotados ni oprimidos”. Gustavo está desaparecido desde julio de 1976 y desde ese momento, el padre de Matías y el resto de la familia continúan reclamando justicia.
“Mi tío era uno de esos pibes que entendía la política como herramienta para transformar el mundo”
La familia de Matías es una familia militante, se movilizan, van a asambleas y activan en organizaciones de diferentes orientaciones ideológicas. La historia de Gustavo no terminó con su desaparición.
“Mi viejo cuenta la historia con muchísimo orgullo”, explica Matías y relata los orígenes de su tío, un hijo de “una familia muy humilde” que dejó su origen en un pueblo del interior de Córdoba para viajar a la capital de la provincia para estudiar medicina. Cuándo llegó a la casa de altos estudios, se encontró con un hervidero político, ideológico y cultural. Nadie con sangre en las venas se queda fuera de algo así.
“Empezó a militar en la JUP y pudo estudiar hasta cuarto año”, contó. Matías explicó que “luego cuando cayó el gobierno de Isabel Perón y vino el golpe, como muchos militantes y organizaciones, Gustavo tuvo que pasar a la clandestinidad”.
“Solo sabemos que a Gustavo lo mató un tal Acosta”, sentenció para explicar la falta de justicia de su caso y agregó: “mientras no se abran los archivos de la dictadura, mientras haya genocidas que sigan libres, con mi familia, vamos a seguir con esta lucha”.
