¿Hace cuánto asumió Milei? Casi un mes. El tipo logró cambiar la velocidad del tiempo, es como una especie de dios griego. Vivimos aceleradamente una vorágine de acontecimientos que transforman la vida cotidiana en una montaña rusa de devaluación, incertidumbre y pobreza. La licuadora de Caputo parece haber sido hace mil años y hoy ya nos enfrentamos al DNU y a la Ley Ómnibus.
Vivimos aceleradamente una vorágine de acontecimientos que transforman la vida cotidiana en una montaña rusa de devaluación, incertidumbre y pobreza.
La novedad es que tímidamente empezó la resistencia. Hay asambleas en todos lados, reuniones de vecinos, encuentros de artistas, trabajadores del Estado, organizaciones sociales que empiezan a manifestarse y todas diseñan un plan de lucha que va a confluir en un mismo día: El paro de la CGT del 24/1.
¿Y los que votaron a Milei? La mayoría todavía está en etapa de negación, pero hay quienes se empezaron a avivar de que el ajuste lo vamos a pagar los laburantes. ¿La Casta? Bien, gracias, nos saluda desde el Gobierno con sus abultados sueldos.
¿Y los que votaron a Milei? La mayoría todavía está en etapa de negación, pero hay quienes se empezaron a avivar de que el ajuste lo vamos a pagar los laburantes.
Es por eso que Milei está tan apurado para que pase el DNU y la Ómnibus. Necesita que se aprueben antes de que el carruaje se le convierta en calabaza, antes de que se termine la luna de miel y la novia se de cuenta de que ha sido engañada. Una carrera contra el tiempo. Cuánto más frenemos estas leyes, más ventaja vamos a tener para luego enterrarlas totalmente en el momento que seamos una mayoría absoluta en la oposición.
Pero todo esto, no lo vamos a lograr sólo con el paro del 24. Necesitamos un plan de lucha, un conjunto de acciones que nos una como clase trabajadora y nos permiten bloquear la iniciativa del Gobierno en las calles, para que los chantas que tenemos en el Congreso se decidan a bloquearla en el parlamento. Ese es el debate que tenemos la izquierda, los sectores independientes que impulsan los cacerolazos y una parte importante del peronismo que lucha. Así como logramos imponerle el paro general a la CGT, tenemos que empezar a reclamar “plan de lucha”, que el paro del 24 tenga continuidad.
Hay otro debate impulsado por los partidos del Frente de Izquierda que es la realización de una columna independiente en la marcha del 24. Creo humildemente que es un error. La gente va a ir con sus sindicatos, con sus comisiones internas y va a amucharse. Estar lejos de las columnas sindicales, es estar lejos de los trabajadores.
Hoy si hay una división, es entre quienes queremos seguir la lucha hasta que caiga el DNU y la Ley Ómnibus y entre los que quieren defender la guita de las obras sociales solamente y esperan poder negociar con Milei. Los del primer grupo estamos todos mezclados en muchas columnas peronistas y de izquierda. No necesitamos dividirnos, necesitamos tomar consciencia de que somos todos uno y somos muchos más.
De acá al 24 va a ser un frenesí de acontecimientos y todo puede pasar. Vivir y luchar en la Argentina de Milei es una aventura angustiosa y por momentos, desesperante. Hay que aferrarse a la esperanza que nos dan nuestras propias fuerzas y abrazar a nuestros afectos. Resistir también es crear redes y sostenernos los unos a los otros.