Gustavo Galeano es delegado de la U.O.M., ex militante del viejo MAS, conductor del programa radial la voz del obrero, en el que refleja las luchas de diferentes gremios del conurbano. Entrevistado por ResistenciaOnlne nos habló del actual conflicto que vienen atravesando los metalúrgicos.
R.O: Contanos de qué se trata este huelga de la UOM
G.G. Se trata de una huelga por salario a la que se llegó al no haber acuerdo sobre la propuesta salarial. Dada la creciente inflación, dicho gremio viene negociando paritarias cada tres meses, ya que las propuestas salariales quedan desactualizadas con las paritarias anuales. Se trata de una dirección “nueva”, si bien los que están al frente, que son Abel Furlán como secretario general y el segundo que lo sigue Naldo Brunelli, son dirigentes viejísimos del gremio.
R.O. Son los que sacaron a Caló, están ligados a La Cámpora
G.G. Si en realidad todos están ligados a La Cámpora, y no también. Son dirigentes peronistas. Vienen de una extracción peronista. En su momento Abel Furlán fue diputado del Frente de TODOS.
R.O. ¿El conflicto este lo llama la dirección de la U.O.M.? ¿Es por la presión de la base? ¿Tiene elementos de autorganización?
G.G. Hay un combo de factores. Lo que se está discutiendo es que el gremio pide un 40 %, un 10% retroactivo de julio y un 30 % para el trimestre nuevo. Las empresas ofrecieron un 30 %, un 14 % en julio, un 8 en agosto y un 8 en septiembre. Pero no acumulativo, esto en relación a los valores salariales viejos. Si el grupo empresario acepta que ese porcentaje sea acumulativo, habría posibilidades de negociación. No es un problema económico lo que está frenando la negociación colectiva, se plantea también el tema de los bonos: el bono de 60.000 pesos que pide la U.O.M. para septiembre que los empresarios dicen que no están dispuestos a otorgarlo por que no les dan los números, pero sin embargo ya se está comentando que, posiblemente, haya un arreglo para pagarlo en cuotas.
R.O. ¿Pero si no es económico lo que está frenando la negociación entonces qué es?
G.G. Es una presión, principalmente del grupo Rocca, para buscar definiciones acerca de cómo se van a desarrollar las relaciones laborales de acá a futuro. Lo que quieren es la sumisión extrema del sindicato a los requerimientos de los empresarios. Entre otras cosas, hay muchas empresas que están trabajando a full, haciendo horas extras, tomando personal a cuenta, pero que hay intereses contrapuestos. Sin bien a la reforma laboral ningún empresario se opondría, pero también hay diferencias entre la pequeña y mediana empresa y estos grandes grupos económicos donde serían los principales beneficiarios de una reforma laboral. La pequeña y mediana industria quiere empezar a laburar ya.
Acá de lo que se trata es ver, por un lado, cuál va a ser la respuesta de la base. Qué nivel de organización y respuesta hay entre los trabajadores, que la verdad es un importante, fue un paro casi total. Lo que falta en todo caso es una propuesta independiente del gremio, por que tenemos un gremio en el que el 100 % de los trabajadores por convenio están por debajo del nivel de pobreza y esto es el resultado de una política de años, no es que de repente han caído por que vino el gobierno de Macri y logró avanzar en la rebaja salarial. No, es una puesta al servicio de los intereses patronales del sindicato, de las direcciones sindicales, en función de esos intereses. No solamente la rebaja salarial sino también el avance de muchas medidas que venían planteando al interior de las fábricas, como la multiplicidad de tareas, como la rotación de personal, como la posibilidad de tener contratos a término.
Hay grandes empresas que todavía vienen renovando los contratos a término cada 3 meses, cada 6 meses, cada año, y los trabajadores pasan trabajando 5 o 6 años con un contrato precario totalmente con el aval del gremio. Acindar, Siat, SIDERCA, Aluar, todas empresas que vienen desarrollando actividad ilegal con contratos basura que los trabajadores entienden que hay una convivencia entre el sindicato y los empresarios.
Al referirse a los obstáculos que atraviesa actualmente la organización sindical independiente el entrevistado afirmó:
G.G. Hay una contradicción enorme entre los trabajadores, entre la base. Por un lado esperan que se planteen planes de lucha para mejorar su situación, pero también hay desconfianza en esta conducción que, de alguna manera, es conocida por su historia.
Viene faltando, que quizá es el déficit más grande que tenemos nosotros los trabajadores, la unidad de ese activismo, de esos sectores que se oponen a esa dirección, que plantean la necesidad de ampliar democráticamente las decisiones de lucha, las decisiones de toma de fábrica, la forma de buscar la manera de conquistar nuevos derechos o de empezar a cuestionar las decisiones del sindicato.
No hemos logrado desarrollar en forma permanente algún tipo de agrupación o algún tipo de agrupamiento que reúna al activismo y le de fuerza. Hay muchas agrupaciones de diferentes partidos de izquierda, y acá también hay una crítica a los compañeros de la izquierda que a veces desarrollan actividades que priorizan el crecimiento orgánico de sus estructuras y no tanto la organización independiente de los trabajadores, y eso a veces genera algunos resquemores y debilidades dentro del movimiento obrero.
