En diálogo con Resistencia Online, Gabriel Solano, dirigente del Partido Obrero y legislador porteño por el Frente de Izquierda, repudió el allanamiento al local del Partido Obrero, los ataques a Eduardo Belliboni, que calificó como “persecusión política” y afirmó que el Estado argentino está “violando derechos democráticos”.
“No es solamente el Ejecutivo, la Justicia es cómplice, el Parlamento no quiere anular el DNU, nadie quiere pronunciarse sobre el protocolo”, afirmó el legislador y dirigente del Partido Obrero. Además, la estrategia de la izquierda y los contrastes con el espacio de Juan Grabois.
Resistencia Online: ¿Cómo fueron los allanamientos al local central del Partido Obrero?
Acá hay una campaña. Primero, partamos del contexto. La campaña de persecución, estigmatización y represión es brutal. Hoy habló Milei, el presidente de la Nación, y atacó nuevamente a Eduardo Belliboni. No es normal que un presidente, con el poder que tiene y con los medios de comunicación que le responden, ande diciendo que tal es un delincuente, que tal tiene que estar preso. Es una medida realmente totalitaria. Objetivamente es una persecución política. Esto como punto de partida.
En segundo lugar es un salto cualitativo de la persecución, porque una cosa era el protocolo, que te impidan marchar, que nosotros lo repudiamos, enfrentamos y lo seguimos repudiando, porque claramente es inconstitucional, pero esto es un paso más.
Con el protocolo el Poder Ejecutivo se adjudica para sí mismo la potestad de definir qué es delito y qué no es delito. Eso en Argentina lo define la justicia, no lo define el Poder Ejecutivo. Y la diferencia no es menor porque en la justicia uno se puede defender. Si el Gobierno lo decide en forma unilateral por una resolución administrativa, uno no se puede defender. Esta diferencia no es menor.
Esta persecución continúa con una línea de ajuste general para la clase trabajadora. Acá ocurrió ese hecho y después, bueno, tenemos el DNU 70/2023, todas medidas totalitarias, y el allanamiento al local del Partido Obrero, que yo digo que es un salto cualitativo, porque es una persecución política a un partido tradicional de Argentina.
No porque forme parte del poder político tradicional, sino porque es un partido histórico. Es un partido conocido, hay mucha gente que conoce el Partido Obrero, es un partido que se presenta en elecciones desde 1983. Tiene su representación parlamentaria, sus balances presentados ante la Justicia electoral.
Hacer un allanamiento a su sede central es un hecho de persecución política. Nosotros definimos que teníamos que hacer una denuncia, como es un hecho, insisto, extraordinario, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, considerando que es el Estado argentino el que está violando los derechos democráticos de Argentina, no solamente el Ejecutivo. ¿Y por qué el Estado argentino? Bueno, porque la justicia es cómplice del Gobierno central, porque el Parlamento no quiere anular el DNU, porque la justicia no se pronuncia sobre la ley, nadie quiere pronunciarse sobre el protocolo.
¿Esto se maneja en el marco de la institucionalidad?
Fíjate en una cosa elemental: por el sistema institucional de Argentina, si una provincia denuncia a la Nación, la Corte Suprema tiene competencia originaria y debe pronunciarse. Algunas provincias se han pronunciado, pero la Justicia no. Por el contrario, la Corte Suprema no se quiere pronunciar. Entonces, no es solo el Gobierno, es todo el Estado argentino.
Lo que quiero subrayar es que en Argentina están en peligro los derechos democráticos básicos. Hoy el presidente de la Nación dijo que si se aprueba la ley para que los jubilados ganen unos mangos más la va a vetar. Es un Gobierno que actúa con vetos, por protocolos represivos, por DNU.
¿Cómo ves la situación del Gobierno? Hay una discusión entre los analistas sobre si está profundizando su carácter autoritario o si está haciendo un giro hacia un perfil más pragmático. Por un lado, estuvo la incorporación de Guillermo Francos, pero también estuvo la incorporación de un dogmático liberal total como Federico Sturzenegger. ¿Qué opinas al respecto y cómo ves al Gobierno con todo el escándalo que atraviesa el Ministerio de Capital Humano?
Este es un Gobierno muy de camarilla. Cuando digo camarilla, aludo a que es el Gobierno de un círculo muy cerrado de gente. Casi se podría decirde dos o tres: el propio Milei, su hermana y Santiago Caputo, más un pequeño círculo que los rodea.
Es difícil que este Gobierno pueda modificar su condición. Hoy hay una pelea política, porque muchos sectores, incluso del imperialismo y el FMI, le reclaman un cogobierno con el PRO, le reclaman otro régimen político que le dé más estabilidad. Este es un Gobierno muy frágil en ese sentido y, evidentemente, Milei se niega a eso.
Entonces, nuevamente, esto es lo que vos decías, ¿no? Parece que con Francos como jefe de Gabinete hay una apertura, una negociación, pero a la vez dice que va a vetar la ley que aumentó las jubilaciones. O sea, no está negociando con nadie. Por otro lado, pone a Sturzenegger, y con Sturzenegger vamos a tener un Gobierno por decreto.
Ahora, el problema es el siguiente: el Gobierno quiere enfrentar al Parlamento, pero no puede prescindir de él. Por eso le pide por la aprobación de la Ley de Bases, y el Parlamento actúa con una enorme duplicidad.
¿Creés que van a aprobar la Ley Bases más allá de alguna modificación?
Si los que firmaron el despacho de comisión y los bloques que ellos representan se mantienen de ese modo, se van a votar a favor en general. Pueden cambiar de actitud si se desencadena una crisis. Pero, ¿por qué digo que actúan con una duplicidad? Un ejemplo que me parece que se va a entender: dicen, bueno, logramos que el Gobierno quite algunos organismos a privatizar o cerrar, por ejemplo, el INTI, pero está cerrando las dependencias del interior. No las puede cerrar, pero las puede fusionar y achicar.
Está claro que si se rechaza la Ley de Bases es un golpe político enorme para el Gobierno. Y en el cuadro actual, de un Gobierno que ya tiene una crisis económica, que decía que estaba superada pero evidentemente no lo está, porque suben y bajan los bonos, caen las acciones, sube el dólar… la economía está hecha pelota, y además en un cuadro de denuncias de corrupción que envuelven a su círculo más cercano. Si el Gobierno pierde la Ley de Bases, queda realmente muy mal parado. Si el Parlamento la aprueba, opera como una especie de rescate político, le da un salvavidas a un Gobierno, que lo está requiriendo.
¿Cómo podría escalar la crisis política al interior del Gobierno? ¿Impactará en su imagen positiva?
No te voy a mentir, no hago futurología, pero en seis meses hubo dos paros nacionales y una marcha universitaria enorme. Creo que va a haber una marcha importante contra la Ley de Bases. ¿A qué voy con esto? Capaz que cuando queremosque haya una respuesta ya estamos muy apurados y, bueno, el proceso es un poquito más lento.
Y después, las encuestas no digo que sean falsas, no quiero afirmar eso porque no tengo ninguna evidencia. Lo que sí sé es que son fotos, no son la película completa. Entonces, mañana a esa gente le preguntan algo y responde lo que piensa en ese momento. Si la economía va para atrás, quien te respondió a favor mañana te va a responder en contra.
Me parece mejor que ver encuestas, a veces, es ver hacia dónde va el proceso económico, político y social. Porque si va para atrás, la popularidad, más tarde o más temprano va a caer, porque eso le ha pasado a todos los Gobiernos. Entonces, yo no estoy tan atento a ese dato, porque la foto vale, pero la película es más rica y yo creo que acá el tema es la película, no la foto.
Una figura que está cobrando mucho protagonismo en todo esto es la de Juan Grabois. ¿Ves alguna posibilidad de radicalización del sector de Grabois, de ruptura del peronismo? ¿Crees que hacia el futuro pueda haber alguna confluencia entre la izquierda y esos sectores?
Juan Grabois forma parte de Unión por la Patria, dentro de una fracción de ese bloque. Esto se ve claramente. Él perdió en una interna contra Sergio Massa. Cuando participas en una interna con alguien es porque sentís que lo que tienen en común es más importante que lo que los diferencia. Estás dispuesto a participar en una interna en la que, si pierdes, apoyarás al otro candidato; si no, participas en la interna.
Yo lo veo a Grabois hoy más en una especie de interna en el peronismo, el Frente de Todos, llamalo como quieras, porque va mutando de nombre, que en una posición de izquierda y de lucha.
Sin embargo, como uno de los opositores que se está postulando referente de un sector social que está en lucha, y quizás en la hipótesis de cómo generar un corrimiento a la izquierda de esos sectores, o empezar a elaborar una identificación que supere los límites que tiene hoy la izquierda, pienso que deberíamos considerar la construcción de espacios un poco más amplios. Estos espacios podrían incluir, en mi opinión, hipotéticas rupturas de lo que hoy es el peronismo.
Yo no veo esa ruptura. Al contrario, lo que veo es que Grabois o la fuerza que lidera, en el pasado no era peronista y ahora se fue con el peronismo. Es más una asimilación que una ruptura.
Te doy un ejemplo, los conozco a todos, porque somos más o menos contemporáneos generacionalmente. Tal es el caso del diputado de Grabois, Itaí Hagman. Yo lo conozco desde hace mucho tiempo y me llevo muy bien con él personalmente. Tenemos un trato excelente. Dirigíamos juntos la Federación Universitaria de Buenos Aires, ellos eran entonces una fuerza de izquierda independiente, y después se fueron con el peronismo. No veo tanto una ruptura con el peronismo, sino más bien al revés, veo que una parte de esa izquierda se hizo peronista, es el proceso real de lo que pasó.
¿Qué rol tiene que cumplir la izquierda en este contexto?
La izquierda tiene que asumir dos roles, que finalmente son uno solo, pero con dos tareas fundamentales. Por un lado, la gran tarea de todos los trabajadores es preparar las condiciones para derrotar a este Gobierno. Este Gobierno viene por todo.
¿Cómo se le va a derrotar? Con una gran acción histórica de los trabajadores. Hay que defender los derechos laborales, previsionales, democráticos, la educación y la salud. Es un enorme desafío.
Si lo sintetizamos en una consigna, sería “preparar la huelga general para derrotar a Milei”. Pensamos que la derrota de Milei tiene que ser mediante una acción histórica independiente de los trabajadores.
¿Creés que vamos camino a eso?
No tengo una bola de cristal, pero lo que digo es que el Gobierno alimenta todo el tiempo la situación con sus ataques. Y está claro que eso no se lo va a derrotar con una acción aislada.
Si mañana la CGT convoca un paro de 24 horas la semana que viene, no sé si será así, pero supongamos que sí. Bueno, obviamente lo vamos a impulsar y nos esforzaremos por garantizarlo, pero a la vez vamos a decir que no alcanza con esto. Que hace falta preparar la huelgageneral para derrotar a Milei. Entonces, tenemos que decir las cosas como son, cómo se derrota a este Gobierno, y cómo se lo derrotadesde el punto de vista de los trabajadores.
Porque mañana viene la UIA y dice: “hay que derrotar al Gobierno parcialmente porque queremos un RIGI que le dé lugar a la burguesía argentina”. Bueno, ese es el programa de la burguesía argentina, no el nuestro. Nosotros decimos cómo nosotros lo queremos derrotar para la clase social a la cual nosotros queremos representar y en la que militamos. No es todo lo mismo.
Entonces, se plantea un problema de orden, de lucha y un problema programático. Y acá vuelvo a lo de Grabois. Nosotros somos una corriente socialista, la de Grabois no es una corriente socialista, y esto es importante, porque un Gobierno como el que tenemos ahora, el de Milei, se la pasa blasfemando contra el socialismo, y bueno, el socialismo tiene que hacerse cargo de que está siendo blasfemado y de qué es y de qué quiere, y no confundirse. Si Milei nos declara que somos los enemigos estratégicos, perfecto, aquí estamos.
Entiendo que consideras de gran importancia esa clarificación política y la delimitación del socialismo. Sin embargo, también es verdad que ante un gobierno tan agresivo pesa mucho el voto útil y la consrtrucción de una alternativa para sacarlo, etc.
Lejos de ser sectaria de mi parte, creo que hay que hacer una huelga general para derrotar a Milei con todos los que quieran hacerla. Yo considero que los socialistas somos los que más nos vamos a destacar en el compromiso con esta tarea, ya que nuestro programa no nos ata a ningún interés particular de otros sectores, y los de otra fuerza sí.
El peronismo dice, bueno el RIGI me gusta para Catamarca, Tucumán, San Juan y Chubut, etc. Nosotros podemos destacarnos no solo por tener un programa coherente, sino también por nuestra capacidad para luchar contra el Gobierno sin estar comprometidos con ninguna de las fuerzas sociales que tienen compromisos con el Gobierno.
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