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    A 37 años de Oktubre, un llamado a la resistencia

     Un 4 de octubre de 1986, la banda Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota lanza “Oktubre”, su segundo disco de estudio y uno de los mejores de la historia del rock argentino. Una interpretación política y un llamado a la resistencia necesario para aquéllos y estos tiempos.

    Oktubre es toda una declaración de principios de la banda que hizo uno de los discos más importantes de la historia del rock de nuestro país.

    Si hay un antes y un después en “Los Redondos” es con este disco. La placa fue publicada un 4 de octubre de 1986, y logra un concepto unificador que marca a fuego su trayectoria y su credo político. En rigor, si reconocemos a Oktubre a lo lejos se debe por su clara identidad estética y política, que va desde la tapa hasta las canciones que componen el álbum.

    Musicalmente, Los Redondos incorporan el post-punk más abiertamente. Es un disco denso y oscuro que consolida un sonido poco amigable y bien áspero. Hay momentos de mucha tensión, de intensidad; pero también de sonidos más fluidos. Se combinan con letras que a veces hablan solas, y otras, a partir de metáforas. Su poesía es una importante demostración del poder de síntesis que tiene el Indio Solari, el vocalista y líder del grupo.

    Los redondos tocando Oktubre en los ochenta
    Los redondos tocando Oktubre en los ochenta

    El disco abre con Fuegos de Octubre, una clara reminiscencia a la Revolución Rusa. Te deja descolocado con el estruendoso estallido de fuegos artificiales con el que inicia la canción y luego, suenan las implacables e intermitentes guitarras que se conjugan entre sí, junto con el sonido denso del bajo y con los contundentes golpes de una incesante batería.

    Así inicia el disco. Te ambienta en una escena de encierro, como en un búnker del metal más pesado, y te coloca en el lugar de espectador. A la vez, el ritmo conformado transmite la marcha, ineludible, de una multitud, que empalma de lleno con la imagen de la tapa que hizo Rocambole. Después de un minuto y medio, nuestro querido pelado exclama: “De regreso a  octubre (desde octubre), sin un estandarte de mi parte… te prefiero igual, internacional”. 

    Es categórico en sus nueve canciones: durante 41′ se condensa un álbum que logra denunciar la situación que se atravesaba en los años ’80 con la Guerra Fría, la catástrofe de Chernóbil, el consumo de aquella sustancia blanca que recorre la sociedad, la salida de la dictadura en la Argentina y, desde ya, hace un homenaje a la gran Revolución Rusa de octubre de 1917.

    Te prefiero internacional

    Sin caer en un panfleto político (cosa que el Indio siempre detestó, porque su contenido entraba por otro lado), Oktubre fue una respuesta a la barbarie extrema y a las injusticias que recorrieron el globo. Quizás, fue esta sensibilidad la que permitió realizar una obra que, además de combativa, tenga momentos dulces.

    Lo de “te prefiero internacional” no es solamente un link a la revolución, por el necesario carácter universal que ésta debe adquirir para cumplir su cometido. También, es una forma de apreciar la globalidad de la situación que compartían los integrantes de Los Redondos.

    Con el armisticio de la Segunda Guerra Mundial, se generó una polaridad que signó el mundo. Dos proyectos -el plenamente capitalista con EE.UU y la distorsión comunista que esgrimió la URSS- que estaban en pugna y se disputaban la hegemonía, la dominación de los asuntos.

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    La guerra y su carrera armamentística amenazaban a toda la humanidad con volar por los aires hasta al mismísimo planeta Tierra. La sociedad debía tener la percepción de estar presa de una agonizante empresa que era ajena a su voluntad; por esa razón, es que los Redondos clavaron una profunda crítica allí.

    En 1983, el pueblo argentino puso fin a la última dictadura cívico-militar. Pero recién en 1985 comenzó el proceso de enjuiciamiento a los altos mandos responsables del genocidio perpetrado en nuestro país. Presionado por una mayoría social y los sectores de DD.HH, Alfonsín se vio empujado a realizar este acto democrático que incluyó limites importantes.

    La fragilidad de toda esta situación está representada en todo el disco. La segunda canción, Preso en mi ciudad, es un reflejo del ambiente que vivía el país por aquellos años. Había quedado un manto de impunidad (que aún continúa) en aquella sociedad, y la denominada “primavera alfonsinista” empezaba a mostrar de lo que estaba hecha. Gran parte de los autores del terrorismo de Estado, militares y cómplices civiles, aún se encontraban impunes. La situación era de democracia pero con cierto estado represivo que no terminaba de irse. De ahí que el tema enuncie la frase “atrapado en libertad”. Lo que parece un juego de palabras expresa la sensación de un peligro latente. De hecho, en el mes de diciembre Alfonsín sanciona la Ley de Punto Final y el año siguiente, la de Obediencia Debida. También en el ’87, miembros del Ejército, en una intentona golpista, se manifestaron en busca de mayor impunidad en lo que se llamó la Sublevación Carapintada de Semana Santa.

    Un llamado a la resistencia

    Algunos afirman que estamos viviendo una suerte de repetición de la historia, una vuelta a los ’90. En la actualidad, la Argentina se encuentra en una situación crítica, y a pesar de la distancia cronológica, no hay enormes diferencias, en lo político y económico, que nos separen de aquellos tiempos en los que salió el álbum. Hay una fuerte crisis económica que arrastra a millones de personas a la pobreza; el dial político se corre hacia la derecha y, a 40 años de regreso de la democracia, algunos sectores la cuestionan. Además, cruzados por las elecciones, un representante de la extrema derecha amenaza con ganar las elecciones y convertirse en presidente.

    El arte tiene la virtud de ayudar a comprender el pasado, el presente y, sobre todo, el futuro de este mundo de opresores y oprimidos, de vencedores y vencidos. La estética de esta obra, que brota de la tapa, de las letras y del sonido de la banda, te comunica y logra situarte en la realidad del momento: funciona como un “todo” armonioso que expresa dónde están parados Los Redondos. Por eso, “Oktubre”, es toda una declaración de principios de la banda que hizo uno de los discos más importantes de la historia del rock en nuestro país.

    En palabras de quien puso la inventiva y la voz en el proyecto, se puede leer en sus Memorias: “La idea era formular una suerte de llamado a ciertos sectores que parecían querer lo mismo, pero estaban disgregados: los obreros, la nueva izquierda, los estudiantes… apelar a su unión, como había ocurrido en la Francia de mayo del ’68”.

    Esa es la pertinencia de una placa que en aquel momento hizo una audaz crítica y también un llamado a la resistencia. Llamado que, por estos tiempos, todavía sigue latente.

     

     

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