El grupo Hamás confirmó ayer el asesinato de Saleh al-Arouri, el vicepresidente del Buró Político de la organización, y otros dos dirigentes al sur de Beirut, la capital libanesa. El ataque fue ejecutado por un dron perteneciente a las Fuerzas Armadas Israelíes y tenía como objetivo una de las sedes políticas de la organización islamista palestina.
Según cifras oficiales, habría otras seis personas fallecidas tras el atentado
Según cifras oficiales, habría otras seis personas fallecidas tras el atentado. Inmediatamente se conoció la noticia, el primer ministro libanés, Najib Mikati, acusó al gobierno sionista de Benjamín Netanyahu de querer “arrastrar al Líbano a una nueva fase de confrontación”. En las últimas horas, el medio Al Arabiya también difundió las imágenes de un ataque aéreo en la zona de Naqoura, también al sur de Líbano, que dejó varias víctimas, entre ellas, Hussein Yazbek, funcionario de Hezbolláh. Aún se desconoce la procedencia de este ataque.
¿Quién fue Saleh al-Arouri, el número dos de Hamas?
Saleh al-Arouri se había incorporado a Hamás en 1987. Fue uno de los fundadores del brazo armado de la organización: las brigadas Al-Qasam. Era considerado el líder a cargo de la región de Cisjordania, incluso, se le atribuyó la responsabilidad intelectual de diferentes secuestros, torturas y atentados en la región y calificado como “terrorista global especialmente designado” por el gobierno estadounidense. Incluso, fue el embajador de Hamás en las reuniones mantenidas a fines de octubre entre Hassan Nasrallah, líder de Hezbolláh y Ziad Al Nakhleh, de la Yihad Islámica.
La respuesta de Hezbollah: ¿Se agranda el conflicto?
Ante este último ataque del Estado sionista, Hezbolláh no demoró en pronunciarse, la organización islamista que controla la región suburbana atacada por Israel, que respondieron desafiantes el ataque de Israel: “este crimen no pasará sin respuesta y castigo”, además de enviar el pésame a sus pares palestinos: “Dios Todopoderoso concluyó la carrera de este gran líder con las más altas medallas de honor y dignidad, y obtuvo el martirio que había buscado y anhelado por mucho tiempo”. Sin dudas, el asesinato de el líder de Hamás podría extender a toda la región el conflicto e intento de limpieza étnica que hoy azota la Franja de Gaza.
Incluso, en una publicación, The Washington Post indica que funcionarios israelíes dicen que desde Líbano “se apunta a una escala en el conflicto” y ya sonaron las alarmas en Tel Aviv. “Si se desata un conflicto con Hezbolláh, podrían atacar Beirut de la misma forma que lo han hecho con Gaza”. Sin embargo, el director del Centro de Estudios Estratégicos de Medio Oriente, Hisham Jaber, dijo a Sputnik que “no será una operación fácil” el enfrentamiento entre los islamistas libaneses y el Estado de Israel. “No creo que Hezbolláh abra un frente contra Israel. Se dan cuenta de que no se trata de una operación fácil a corto plazo. Sería una verdadera guerra sin fronteras. Inevitablemente se extendería a Siria. Pero mientras Rusia esté en Siria, no permitirá tal desarrollo”.
El accionar de Netanyahu, que busca continuar con la limpieza étnica iniciada en 1948 por la conformación del Estado sionista y la inmediatamente sucedida guerra árabe-israelí, tiene repercusiones en toda la región. Los hutíes de Ansarolá, una organización musulmana chiíta armada que opera en Yemen, junto con el ejército nacional mantienen una serie de ataques a todas las embarcaciones que se acerquen al Mar Rojo, afectando el flujo de comercio. Yahya Saree, vocero de las Fuerzas Armadas Yemeníes había afirmado en conferencia de prensa a principios de diciembre, mientras se llevaba a cabo la tregua humanitaria en la Franja, que “si el enemigo israelí reanudaba su agresión contra Gaza, ellos comenzarían nuevamente con las hostilidades”.
En respuesta, varios países de la comunidad internacional crearon la coalición Operación Guardianes de la Prosperidad, integrada por Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido, entre otros. Incluso, ayer, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que pidió “el fin inmediato de estos ataques ilegales y la liberación de los buques y tripulaciones detenidos ilegalmente (…). Pagarán las consecuencias si continúan amenazando vidas, la economía mundial y el libre flujo del comercio en las vías fluviales críticas de la región”.
Tras la operación “Tormenta Al-Aqsa” iniciada por Hamás el 7 de octubre pasado en territorio israelí, en el cual lanzaron cerca de 5 mil misiles y también penetraron por tierra 25 puntos fronterizos con soldados desde Gaza; se dieron innumerables bombardeos y asedios del gobierno sionista en territorio palestino, desplazando a la totalidad de la población del norte de la Franja y aniquilando todo a su paso: desde casas, escuelas, universidades hasta hospitales y campos de refugiados. Al 2 de enero, el Ministerio de Salud gazatí informó que la cifra de muertos ascendía a 22.185, junto a 56.451 heridos y cerca de 8 mil desaparecidos.