Con 42 votos contra 25 y 2 abstenciones, el Senado rechazó la viabilidad del mega DNU impulsado por Javier Milei. La interna con Villarruel y el escenario de una crisis política en puerta.
Las gotas de agua que cayeron desde el cielo nublado, en realidad, eran lágrimas de libertarios por la caída del Mega DNU de Milei. ¡Qué tristeza! Un límite del Parlamento a una ofensiva brutal contra los trabajadores y los sectores populares. Aunque todavía no se puede cantar victoria, porque hay que reafirmar el rechazo en Diputados, para lo que sería pertinente impulsar movilizaciones.
Millei siempre tiene un “as bajo la manga”, y ahora, como cuando se cayó la Ley Ómnibus, dice que todo era un plan para dejar expuestos a los que defienden a la casta. “Servirá como principio de revelación para dejar de qué lado están los políticos, si del lado de los argentinos de bien o del lado de los delincuentes”, decía el Presidente en una entrevista en Radio Mitre con Eduardo Feinmann. Además, agregaba que “todos los DNU que se votaron hasta ahora fueron para restringir las libertades, y este es para darnos libertad”.
Veamos: restringir el derecho a huelga a docentes y periodistas, privatizar empresas del Estado y generar miles de despidos, flexibilizar el trabajo pasando una reforma laboral que frenó la Justicia pero que todavía está en veremos… qué linda es la libertad, ¿no? Milei agrega que los alquileres eran un calvario y que ahora la situación mejoró. Claro, porque con el DNU, los alquileres pueden ser en dólares, ¡lo mejor del mundo para un inquilino! ¡una expansión de la libertad plena!
Desde que asumió Milei comenzó una dura recesión, que generó despidos y suspensiones en muchas fábricas y lugares de trabajo. Además, hay brutales ataques al periodismo, como el intento de cierre de Télam, amparado justamente en el mega-DNU.
Además del achique de caja y el ahogo de todo lo que depende del presupuesto estatal, las últimas medidas de liberalización de importaciones para alimentos, incluso exonerando a las empresas extranjeras de pagar el IVA, es otro atentado contra el trabajo en la República Argentina.
Todas estas cuestiones, sumadas a la inflación galopante y los tarifazos, están generando un lento pero constante deterioro en la imagen del Presidente, amenazando su base de sustentación.
¿Villaruel quiere desestabilizar a Milei?
En las horas previas a la convocatoria a sesiones del Senado, los trolls de Milei salieron a la carga a atacar a la vicepresidenta. Se habló de conspiración y golpe contra Milei. Espert fue uno que se hizo eco de esta cuestión, cuando le hicieron esa pregunta en La Nación +.
Novaresio: Te pregunto políticamente, ¿Villaruel quiere desestabilizar al Gobierno de Milei?
Espert: No sé…
Novaresio: ¿No lo sabés? Es grave que no puedas decir contundentemente “no”…
Espert: A la luz de esto, me genera dudas…
Otras especulaciones más moderadas sostuvieron simplemente que el accionar de la Vicepresidenta se explica en la especulación de que el gobierno de Milei no podrá sostenerse mucho tiempo y caerá tras un juicio político. En ese escenario, Villarruel debe protegerse para no caer con él y poder asumir su eventual recambio.
¡Qué horror! Victoria Villarruel, la negacionista, defensora de milicos, amiga de Jorge Rafael Videla, ¿preparándose para ser Presidenta?
Apenas minutos después del rechazo del DNU en el Senado, la Vice publicó un video rarísimo en el que afirma que su compromiso con Milei es “inclaudicable” y que han trabajado “espalda con espalda a pesar de los intentos por dividirnos”. Pero también afirma “no voy a ser Cristina Kirchner”, en alusión a que no va a manejar los hilos del poder real por detrás del presidente. ¿Es decir que si quisiera podría hacerlo? No aclare que oscurece, vicepresidenta…
Sin institucionalidad no hay gobierno. Los que nos trajeron hasta acá siguen obstruyendo. ¡Todo por Argentina! 🇦🇷 pic.twitter.com/gfbMkyAgFy
— Victoria Villarruel (@VickyVillarruel) March 15, 2024
Adorni fue consultado en una de sus conferencias matutinas con los periodistas. Cuando le preguntaron sobre la interna, lo negó rotundamente.
Periodista: ¿Cómo queda la relación entre Milei y Villaruel?
Adorni: Chicos, hacen un mundo donde no lo hay. No hay ningún problema en la relación entre el presidente Milei y la vicepresidente Victoria Villarruel, ustedes están inventando esto.
A pesar de las palabras de Adorni, el comunicado del Ejecutivo emitido el día previo a la sesión en el Senado no deja mucho lugar a otra interpretación: “En la previa a la firma conjunta del Pacto de Mayo, convocada por el Poder Ejecutivo con el objetivo de reconstituir las bases de la República Argentina, la Oficina del Presidente expresa su preocupación por la decisión unilateral de algunos sectores de la clase política que pretenden avanzar con una agenda propia e inconsulta, a fin de entorpecer las negociaciones y el diálogo entre los distintos sectores de la dirigencia política”.
Y si a alguien le quedaban dudas de que la interna existe, hubo el tweet al que el Presidente le dio “me gusta” en Twitter que dice textualmente que “si no sale el DNU a Villarruel hay que colgarla en la Plaza”. Un excelente clima de trabajo.
Milei likea un tuit que dice que a su vicepresidenta hay que colgarla en la plaza.
Lo mal que está este tipo, por favor. pic.twitter.com/GE0omvTmTJ
— Pampa⭐️⭐️⭐️ (@Pampa139) March 13, 2024
La discusión de fondo: ¿bonapartismo o ajuste institucional?
Una reciente editorial de Víctor Hugo Morales se hacía la siguiente pregunta: ¿Quién es mejor, Villarruel o Milei? En el kirchnerismo surge esta pregunta como excusa para defender las instituciones y evitar hacer olas contra Milei. Solamente piensan la dimensión institucional del problema. Piensan que la política se desenvuelve como si fuera un juego de mesa con su reglamento.
¿Pero cuál es la discusión interna que estamos atravesando? ¿Qué es lo que está de fondo en esta discusión?
Lo que tenemos delante es un conflicto sobre el método para aplicar el ajuste. Si es pasando por arriba de las instituciones democrático-parlamentarias, o si el ajuste debe ser aplicado con el apoyo de los mecanismos institucionales.
Milei considera que la segunda opción fue la que precipitó el fracaso de Macri, por lo que opta por una alternativa bonapartista. Comunicarse desde las alturas directamente con las masas, desde esa agresiva y emocional comunicación directa que utiliza el Presidente, instalando el chivo expiatorio de la casta política, algo que le ha funcionado hasta ahora. Luego, con el apoyo a su discurso, avanzar radicalmente, incluso dispuesto a chocar contra el resto de los poderes del Estado, lo que se podría significar, llevándolo al extremo, un cierre del Parlamento.
El otro camino es el que expresa el polo de Villarruel, y es por donde quieren llevar al Gobierno sectores ligados al PRO, al radicalismo, e incluso Pichetto. ¿Se acuerdan cuando Pichetto decía “no sean boludos, no aplaudan, siempre les gusta perder“, mientras se discutía la Ley Ómnibus?
Pichetto intentaba que La Libertad Avanza comprenda que se podía avanzar con el ajuste negociando con las otras fuerzas políticas. Los bloques de diputados, senadores, expresan fracciones de poder y con ellos hay que acordar, “es mejor ir avanzando con algo de tu programa que fracasar en redondo”.
“No, son un nido de ratas, ustedes defienden el modelo de la casta”, le respondió el Presidente. Radicalización o muerte.
Pero esta crisis irresoluble entre dos estrategias se agrava en tanto y en cuanto los defensores del ajuste institucional desconfían de la sustentabilidad de Milei, y creen que la radicalización del ajuste sin frenos puede llegar a crear las condiciones para un estallido social como el del 2001.
Milei busca aplicar reformas estructurales sin una transformación legal y constitucional, de hecho, por eso su insistencia con la dolarización y el cierre del Banco Central, o las privatizaciones masivas de empresas del Estado. Un grado de transformaciones que, una vez llevadas adelante, sean irreversibles.
Lo decía hace un tiempo Guillermo Francos cuando le preguntaban por qué el Gobierno impulsaba tantos cambios mediante un DNU y no presentando una serie de leyes al Congreso: “El Presidente quiere dar la imagen de un cambio de Régimen”. La realidad es que Milei y Francos piensan, sencillamente, que es imposible contar con los apoyos institucionales necesarios para destruir las condiciones laborales y derechos sociales en el país y liberalizar completamente la economía, que la vía institucional lleva al fracaso.
¿Y si se cae el Gobierno?
Pero, desde los defensores de la estrategia opuesta, ven que el avance radicalizado-bonapartista mina la propia base de sustentación del Presidente y podría abrir, en cualquier momento, una monumental crisis política que ponga en riesgo todo el plan de reformas estructurales.
Ya el 7 de enero circulaba, por ejemplo, en medios nacionales una nota del Financial Times donde se comparaba a Victoria Villarruel con Javier Milei y se decía que ella estaba “preparada pára cualquier cosa”. En la nota la describen como una figura “más pulida que el Presidente”, al que ilustran como “un excéntrico, de arranques irascibles y un peinado salvaje”.
También el peronismo juega sus cartas, y algunos imaginan a un Pichetto designado por una asamblea legislativa como Presidente provisional tras aplicar una ley de Acefalía Política.
Estuvo la carta de Cristina Kirchner, dándole ciertas concesiones a Milei, como la reforma laboral, o los dichos en off que Navarro hizo trascender, en los que el periodista afirmaba que CFK era optimista frente al futuro económico de Milei, y que la oposición no tenía recambio. Básicamente un llamado a “no hacer olas”.
Los que queremos apostar a la lucha y defensa de las conquistas obreras y populares no tenemos que acabar nuestro análisis en las reglas institucionales o en las figuras en la línea sucesoria. No tenemos que preocuparnos por brindar gobernabilidad por miedo a que, si cae Milei, asume Villarruel, Pichetto o el mago sin dientes. Lo que tenemos que hacer es establecer una nueva relación de fuerzas favorable a la defensa de nuestros derechos, y eso se hace con un pueblo movilizado.
Tras la caída de De la Rúa por la rebelión del 2001, Duhalde ensayó una salida represiva que fracasó tras el enorme repudio a los asesinatos de Kotsteki y Santillán. La rebelión popular estableció nuevas condiciones y derechos democráticos y políticos, como la movilización popular y las organizaciones de los movimientos sociales. Luego vino el kirchnerismo y dio concesiones para contener una situación nacional corrida a la izquierda por la dinámica de la lucha de clases.
Lo peor que nos puede pasar es que ellos negocien ante nuestra pasividad, y que se acomoden de la mejor manera para aplicar el ajuste hasta el fondo mientras nosotros nos mantenemos impávidos, no actuando por miedo a lo que pueda pasar si cae Milei. Nuestro eje debe ser la defensa de todos los derechos que tenemos y que hemos conquistado con nuestra movilización y nuestros métodos.