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    Gramsci, Milei, Cristina y Lali Espósito

    Nuestro presidente tiene razón. Se está librando una batalla cultural por el sentido común de la sociedad, es completamente decisiva para el futuro de la Argentina y hasta hace poco, su espacio la estaba ganando. Hoy, esto no está tan claro.

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    El dirigente comunista italiano Antonio Gramsci, explicó entre otras cosas, la pelea por la hegemonía de las sociedad que se da entre las clases. Si la burguesía no hubiese convencido a la aplastante mayoría de la sociedad de la superioridad de su orden, sería imposible que ejerciese su dominación. Por esto, las peleas por el sentido común, por la percepción de la sociedad y sus fenómenos es decisiva.

    Una de las batallas centrales de la batalla cultural que se está librando en nuestro país es la pelea por el diagnóstico de la crisis. Esto puede parecer demasiado analítico, pero la realidad es que es completamente determinante. Del diagnóstico de una crisis, uno puede establecer una guía de acción y un conjunto de responsables.

    La carta de Cristina

    CFK publicó una carta de 33 páginas en las que discute con las ideas económicas de Javier Milei, quien insiste que el problema del país es “el déficit fiscal”. CFK plantea la tesis de que en núcleo de nuestro drama actual, se centra en el endeudamiento.

    Además, la ex presidenta insiste en que la propia tropa mantenga su unidad y los gobernadores no entren en el “toma y daca” en el Congreso como lo hizo el tucumano Jalil y aclaró que si bien son peronistas, pueden acordar alguna baja de impuestos y alguna “actualización laboral” para dar forma “a los nuevos tipos de contrataciones”. Además, le tiró algún palito a los “paros docentes”.

    Déficit, endeudamiento o sometimiento

    En el planeta Milei, el centro de todos los males es el déficit fiscal. Nos va mal porque gastamos más de lo que ganamos. Muchos egresos, pocos ingresos. Listo, corta, es genial porque es entendible. CFK sostiene algo mucho más sofisticado: nuestro problema es que estamos endeudados por mucho más dinero del que podemos generar. Nos endeudaron irresponsablemente, estamos ante una crisis de deuda que puede terminar con el confiscamiento de los depósitos de los argentinos por tercera vez. El plan Bonex durante el Gobierno de Alfonsín le cambió compulsivamente los plazos fijos a los ahorristas por un bono del Estado, en el Corralito directamente se quedaron con los ahorros de la gente y ahora con la dolarización sucedería algo similar.

    ¿Saben cuál es el problema de esta visión? Que toma el síntoma por la enfermedad. El problema no es el endeudamiento, el problema es el sometimiento. ¿Por qué estamos endeudados por tercera vez en 40 años? ¿Por qué se roban todo? No, sería fácil decir que sí, pero no es exactamente ese el problema. El problema no es que haya políticos que roban 40 mil millones de dólares. Tampoco lo es el afano de la timba financiera, esto también es consecuencia y no causa de nuestro drama.

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    El problema es que se destruyó la industria nacional, el país está ubicado mundialmente como un exportador de materias primas, con algunas industrias que sobrevivieron y que se mantienen gracias al subsidio estatal por sus bajos niveles de competitividad internacional. Además, hay recursos naturales como el litio, que podrían generar una enorme cantidad de divisas, que están siendo saqueados de nuestro país de manera escandalosa. Las multinacionales se llevan el oro blanco y dejan solo el 3% de las regalías del mineral declarado. Es decir, ellos nos dicen cuánta cantidad de litio se llevan, nosotros les creemos sin tomar demasiados controles y ellos nos dan el 3% de esto.

    Esto provoca que traigamos muchos menos dólares de los que necesitamos para funcionar como sociedad. En vez de atraer dólares al país por toda la exportación de productos industrializados y de recursos estratégicos como el litio, atraemos menos cantidad por la materia prima. De esa soja que exportamos, le sacamos un poco de retenciones y sostenemos la poca industria que tenemos para que el país funcione, porque el campo solo toma un 5% de la población económicamente activa. Además, como los sueldos son magros y la industria absorbe a poco menos de la mitad de la población económicamente activa, pagamos del Estado para complementar los ingresos de los trabajadores de la economía informal con planes.

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    ¿Por qué estamos tan desindustrializados? Porque hubo una Plan Cóndor de Estados Unidos que se encargó de poner gobiernos militares que desmantelen la industria nacional. Es decir, nos metieron en un lugar subordinado de la división del trabajo mundial a fuerza de desapariciones, torturas, violaciones y asesinatos.

    Entonces, el Estado funciona en base a recaudación y cuando no alcanza, recurre al endeudamiento. Emite los instrumentos llamados bonos y luego tiene que pagarlos y vende más. Para que los bonistas no se vayan, les sube el interés y cuando la deuda con los privados te llega al cuello, le tocás el timbre al FMI, que es el origen del problema, el mismo imperialismo que te desindustrializó, ahora te pide que te ajustes para vivir al nivel del país subordinado en el que te convirtió. Los industriales nacionales no se dejan llevar puestos y el pueblo argentino se moviliza. Por eso, hay déficit fiscal y en consecuencia, endeudamiento. Porque ninguno de los sectores que no están ligados directamente a la exportación de productos agropecuarios, se resigna a vivir en un país “bananero”.

    Milei, Lali y la obsesión

    Engañas a la gente
    Tu patético rol de inocente
    Puedo ver que no eres transparente
    Tu disfraz se me hizo evidente
    Voy a ponerte un stop (stop!)

     

    El encono de Milei con Lali es solo explicaba a través de la noción de la batalla cultural. Obvio que queda bien decir que es todo una boludes y que el Presidente es un idiota. Pero, podemos estar de acuerdo que la subestimación no fue el mejor arma para parar a la extrema derecha.

    Esto es lo que posteo Milei en su cuenta de X: “La raíz del problema argentino no es político y/o económico, es moral y tiene como consecuencias el cinismo político y la decadencia económica.

    Este sistema está podrido y por donde se lo toca sale pus, mucha pus, muchísima..

    Gramsci señalaba que para implantar el socialismo era necesario introducirlo desde la educación, la cultura y los medios de comunicación. Argentina es un gran ejemplo de ello. Cuando uno expone la hipocresía de cualquier vaca sagrada de los progres bienpensantes, se les detona la cabeza e inmediatamente acuden a todo tipo de respuestas emocionales y acusaciones falsas y disparatadas con el objetivo de defender a capa y espada sus privilegios.

    Así no sólo quedan expuestos aquellos que reciben los privilegios de los políticos en términos de remuneraciones no validables a mercado, sino que también quedan expuestos aquellos políticos, gobernadores e intendentes que se valen de los recursos aportados por los pagadores de impuestos para hacer propaganda política, y por supuesto también los seres más miserables de la política aparecen en busca de alguna ventajita que se apalanque en lo políticamente correcto (aunque en el fondo implique un acto violento). Sin dudas, cualquiera sea la columna que se denuncie del edificio de Gramsci, los receptores de privilegios de las otras dos saldrán en su auxilio.

    Por lo tanto, lo más maravilloso de la batalla cultural llevada a la política versada sobre el principio de revelación es que cuando uno señala las vacas sagradas del edificio de Gramsci, automáticamente genera una línea de separación entre los que viven de los privilegios del Estado y las personas de bien.

    Acá el problema no es una actriz. Es una arquitectura cultural diseñada para sostener el modelo que beneficia a los políticos. Bueno, nosotros venimos a terminar con eso.

    Sin embargo, muchos no la ven y no pueden disfrutar de esta clase aplicada…

    Citamos en extenso para conectar todos los elementos. Para Milei el problema del país es el déficit fiscal generado por un grupo de políticos corruptos que engañaron a la sociedad con el cuento de la batalla cultural y sostienen sus privilegios en un sistema decadente. Todo el progresismo vive del Estado y la gente de bien vive de su trabajo. Luego, su jefe, Eduardo Eurnekian vive de hacer negocios poco claros con el Estado y Lali vive de llenar estadios, pero no importa tanto esto en tiempos de posverdad.

    De fondo, el objetivo de Milei es que Lali no quiera hablar más, que el resto piense dos veces antes de plantarse y que se pierdan las voces que cuestionan al Gobierno. Algunos lo harán desde el paradigma kirchnerista, otros lo haremos desde la izquierda revolucionaria y otros, desde el más elemental sentido humano que se planta contra el odio. Por lo pronto, todos tenemos una pelea en común y espacios como Resistencia Online, buscan coordinarla, fomentarla y fortalecerla.

     

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